E ste lunes, el Movimiento Estudiantil de Secundaria (Medse) se planteó un nuevo objetivo: la eliminación de las pruebas de admisión que realizan las universidades públicas del país, ya que estos exámenes son un obstáculo para que muchos jóvenes puedan seguir con sus estudios. Lo peor de esta propuesta no es que es una ocurrencia más de MEDSE, sino que también es un berrinche más. Por esto y sus berrinches previos, en esta ocasión me gustaría quiero dirigir mi columna hacia los integrantes de Medse.
Con respecto a los exámenes de admisión, no hay mucho que decir, estos tienen su razón de ser y nadie serio diría lo contrario. Son filtros para que los estudiantes con las mejores notas puedan optar a estudiar en una universidad pública. Estos filtros son necesarios pues las universidades no tienen una capacidad ilimitada para recibir estudiantes. Si lo que les preocupa es que los estudiantes de colegios públicos tienen menos oportunidades de entrar a estas universidades que estudiantes de colegios privados, este no es un problema que se resuelve eliminando los exámenes de admisión. Es un problema que se resuelve mejorando y exigiendo una mejor educación pública. Es en esto donde las manifestaciones y los reclamos de MEDSE podrían convertirse en verdaderas luchas justificadas.
Consideren lo siguiente, este es un país donde el 74% de los maestros ni les gusta leer ni fomentan la lectura, y solo 6% de los estudiantes universitarios aprobaron el examen de diagnóstico de matemática de la UCR. Además, aunque la cobertura de la enseñanza del inglés en escuelas y colegios es más del 85%, el porcentaje de la población que domina el idioma se ha mantenido prácticamente constante en la última década. Sumadas a estas deficiencias, menos del 40% de la fuerza laboral ha terminado el colegio, algo que no ha cambiado en los últimos 10 años.
Es ante estas realidades que se deberían exigir cambios y mejoras. MEDSE podría abogar por la realización de pruebas que certifiquen los conocimientos y aptitudes de los docentes. En donde si un docente no cuenta con las habilidades requeridas para enseñar, no se le debería permitir ser docente. De paso, podrían oponerse a las huelgas regulares y largas de los docentes, las cuales no sólo afectan a los estudiantes sino al resto del país.
Otro ejemplo, en un país con un desempleo mayor al 10%, es razonable solicitar planes de estudio que les facilite incorporarse al mercado laboral y que en general mejoren su educación como un todo. Dar apoyo a iniciativas como el proyecto de ley de educación dual o a la alianza por el bilingüismo debería ser un paso sensato para un movimiento que pretende pelear por una educación pública de calidad.
El punto es que existen motivos reales y justificados por los cuales los estudiantes de secundaria del país podrían protestar. Sin embargo, MEDSE ha saltado a la fama por sus ridículos y berrinches, y no por sus posturas estudiadas y bien argumentadas. Basta con recordar la entrevista en “Matices” de Radio Monumental en donde en más de hora y media los dos representantes de MEDSE fueron incapaces de explicar la postura oficial del movimiento, el porqué tenía que renunciar el ministro de educación, o el porqué estaban en contra del proyecto de educación dual y las prueba faro. Desde entonces su imagen ni posturas han mejorado, constantemente se les describe cómo títeres de Albino Vargas y sus posturas se ven como ocurrencias.
Ahora bien, no tiene nada de malo que los estudiantes de un país se manifiesten y exijan cambios. Lo que es lamentable es ver cómo existen muchos ejemplos recientes de importantes movimientos estudiantiles alrededor del mundo, como Malala Yousafzai en Pakistan, los estudiantes de Parkland en EEUU o la sueca Greta Thunberg que son serios, y tienen objetivos claros y legítimos. Mientras tanto en Costa Rica, MEDSE ha mostrado que ni siquiera entienden porqué exigen la renuncia de un ministro de educación o cierran colegios. En donde la falta de preparación, conocimiento y elocuencia sobre lo que protestan es evidente. Si MEDSE es representativo de las futuras generaciones de costarricenses, hay mucho por lo cual preocuparse.
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Publicación original en crhoy.com (20/09/2019)