L a inversión extranjera directa (IED) se compone de al menos tres fuentes de financiamiento: capital societario, préstamos de la casa matriz y reinversión de las utilidades generadas en la operación ubicada en el país receptor de esa inversión.
Un análisis de la literatura académica reciente demuestra que las alzas en las tasas del impuesto a la renta tienen un efecto negativo y estadísticamente significativo sobre el monto de los flujos de entradas de la inversión extranjera directa. Por el contrario, una reducción del impuesto a la renta del 1% promovería en promedio un aumento en las entradas de IED de un 4,4%.
En otro estudio realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), se demuestra que, ante una disminución del impuesto a la renta, la IED financiada mayoritariamente con utilidades reinvertidas responde de manera muy positiva, mientras que la IED financiada con capital societario y préstamos de las casas matrices no es sensible a la disminución de este impuesto.
A nivel internacional continúan los esfuerzos por la implementación del acuerdo de reforma fiscal internacional sobre la Erosión de Bases Imponibles y Traslado de Beneficios (BEPS, por sus siglas en inglés). El Pilar Dos de este proyecto introduce un Impuesto Mínimo Global del 15% para empresas multinacionales y sus subsidiarias alrededor del mundo. Esto podría implicar que las empresas extranjeras operando con exenciones tributarias en el régimen de Zona Franca no tengan incentivos para reinvertir sus utilidades para crear nuevos empleos directos en Costa Rica.
En Costa Rica la IED que llegó a operar bajo el régimen de Zona Franca representó, en el último quinquenio, aproximadamente el 69% del total de los flujos de IED recibidos por el país, mientras que el régimen definitivo el restante 31% de estos flujos. En este último régimen, las subsidiarias extranjeras se financian mayoritariamente con nuevas inyecciones de capital societario que no tienen exenciones tributarias, por lo que no se verían tan afectadas por la implementación del Pilar Dos de esta política.
Por el contrario, las subsidiarias extranjeras en el régimen de Zona Franca, las que se financian en más de un 81% con reinversión de utilidades, sufrirían los efectos negativos de esta política, lo que mermaría significativamente futuras expansiones, creación de nuevo empleo directo y reduciría los montos de compras locales. Antes de implementar este nuevo impuesto mínimo global en Costa Rica sería muy recomendable hacer una evaluación de impacto para medir todos los costos sociales de esta potencial nueva política pública.
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Publicación original en Delfino.cr (14/06/2023)