E ste tema que preocupa a muchos se ha transformado de un tema eminentemente técnico a uno aparentemente de política contingente. Hace unos días el gobierno de Joe Biden dio a conocer una lista de 10 medicamentos de venta bajo receta médica cuyos precios negociará directamente con el fabricante. El esfuerzo es un aspecto central de la campaña de reelección de Biden, quien trata de convencer a los estadounidenses que merece un segundo período por sus esfuerzos para reducir los precios en medio de la inflación. Pero los efectos de las negociaciones, como de muchas medidas de política pública, toman su tiempo, y el reto para él es convencer a la gente que tenga paciencia. Lo que Biden está diciendo implícitamente es que los altos precios de los medicamentos de venta bajo receta se deben a los altos márgenes de comercialización de los distribuidores mayoristas y minoristas. Él quiere desintermediar el mercado de medicamentos de venta bajo receta en los EE. UU. Esta es una medida de política económica y no de política contingente.
Hacer un estudio que compare internacionalmente los precios de los medicamentos de venta bajo receta es una tarea muy compleja, pero necesaria. Un estudio publicado por RAND Corporation en 2021 hace un análisis de precios a nivel de usuarios finales de medicamentos de marca y genéricos de venta bajo receta médica de 33 países miembros de la OCDE en 2018.
Los resultados no son sorprendentes y parecen dar la razón a Biden. Lo que sí llama la atención es que, en promedio, los medicamentos genéricos comparables son 19% más caros en los 32 restantes miembros de la OCDE que en los EE.UU. El estudio también indica que para estos medicamentos los márgenes de distribución mayorista y minorista de los 32 países del bloque son en promedio más altos que dichos márgenes en los EE.UU.
Un estudio de Raventós y Zolezzi (2015) publicado en una revista académica estadounidense dice, entre otras cosas, que permitir cambiar, a nivel de las farmacias en Chile, la receta de un medicamento de marca por uno genérico bioequivalente bajaría el precio al usuario final en cerca de un 14% promedio. Ya hoy en Chile existe una ley de bioequivalencia de medicamentos de venta bajo receta médica. Sin embargo, el estudio de RAND Corporation (2021) dice que en promedio los precios finales de los medicamentos genéricos de venta bajo receta en Chile son un 43% más caros que en los EE.UU. Parece que la propuesta de Biden tiene cada vez más sentido.
Un estudio del Miniterio de Economóa, Industria y Comercio publicado en 2019 dice que en el mercado de medicamentos en Costa Rica existen tres distribuidoras (GFI, CEFA y Cofasa) que controlan el 60% del mercado de importación y distribución de medicamentos. Otras 46 se dividen el 40% restante del mercado. El mismo estudio dice que las distribuidoras están integradas verticalmente y tienen sus propias cadenas de farmacias, por ejemplo: GFI tiene a Sucre y a las Farmacias Santa Lucía; y el grupo empresarial Cuestamoras es dueño de la farmacéutica CEFA, sus distribuidoras y las cadenas Farmacia La Bomba y Farmacia Fishel. La Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) debiera hacer un estudio y publicarlo para mostrar si existe o no poder monopólico en cada uno de eslabones de esta cadena de suministro de medicamentos en Costa Rica.
No se pueden bajar el precio de los medicamentos vía decretos del Ejecutivo. En el último año, el precio de los medicamentos no ha sufrido variaciones significativas y, en comparación al año pasado, se reporta un aumento real del 4,5% para esta categoría. Este incremento es 5 veces mayor que la inflación registrada para toda la canasta a mayo 2023, según datos del Índice de Precios al Consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
Después de los datos y estudios expuestos, parece que la propuesta de Joe Biden de desintermediar el mercado de medicamentos de venta bajo receta médica en los EE.UU. es una buena idea y que va en la dirección correcta.
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Publicación original en Delfino.cr (10/09/2023)