E n el 2019, en medio de abundantes y fundadas críticas sobre su modelo de negocios y su impacto en la polarización, la crispación y la violencia, Facebook tomó una decisión inteligente: establecer un Consejo Asesor de Contenidos. Integrado por 20 expertos independientes, definió su labor como ayudar a la empresa “a responder algunas de las preguntas más difíciles sobre la libertad de expresión online: qué contenido eliminar, cuál conservar y por qué”. Lo haría mediante la resolución de casos específicos y la emisión de directrices y opiniones consultivas.
No descarté entonces el posible impacto positivo de la iniciativa. Sin embargo, me pareció, en esencia, un esfuerzo para lavar imagen y evitar que los más altos ejecutivos de la compañía (hoy Meta) tomaran decisiones altamente polémicas. Es decir, más relaciones públicas que responsabilidad corporativa.
Dos “opiniones consultivas” recientes emitidas por ese grupo me hicieron reevaluar mi concepto. Al menos, no me quedan dudas sobre la independencia del Consejo. Ambas opiniones revelan la falta de transparencia de Facebook y su hermana Instagram en el manejo de contenidos, el privilegio otorgado a ciertos usuarios (en menoscabo de otros) y su desdén por valores que dicen respetar.
El 22 de noviembre, el Consejo criticó a Meta por ceder reiteradamente, sin previo aviso ni oportunidad de defensa para los afectados, a pedidos de cuerpos de seguridad para que elimine contenidos “legales, pero perjudiciales”, de sus plataformas. Esa conducta, dijo, “no se alinea con sus políticas, valores o responsabilidades hacia los derechos humanos”. El 6 de diciembre, el Consejo documentó y censuró algo ya revelado: la existencia de una lista de celebridades y políticos a quienes se les aplican normas de verificación (“doble chequeo”) distintas al resto de los usuarios. Su conclusión: lejos de “promover su compromiso con los derechos humanos”, el programa que se sigue “parece orientado más bien a satisfacer los intereses de Meta”.
¿Qué revisará la compañía tras estas opiniones tan relevantes? Difícilmente irá más allá de acciones que pongan en riesgo su modelo de negocios; sin embargo, la buena noticia es que el Consejo realiza su labor como corresponde, quizá no para bien de Meta, pero sí de la sociedad.
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Publicación original en La Nación (08/12/2022)