E ste artículo tiene como objetivo principal transcribir resumidamente las últimas decisiones de política monetaria adoptadas por la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), caracterizadas por dos incrementos de la tasa de política monetaria (TPM) (100 y 50 pbs), injustificados en mi criterio; así como la pausa en las siguientes dos y sendas disminuciones. Llama la atención los cambios tan abruptos de las proyecciones de inflación, principal indicador utilizado por el BCCR para establecer la TPM, lo cual denota claramente los errores de pronóstico en períodos muy cortos:
Los comunicados del BCCR usualmente se caracterizan por incorporar el siguiente enunciado: El Banco Central ejecuta su política monetaria sobre la base de un esquema de metas de inflación. Sus decisiones de política monetaria y, en particular, los ajustes en la TPM se fundamentan en un análisis del entorno macroeconómico actual, que incorpora la evolución prevista de la inflación, de sus determinantes macroeconómicos y de los riesgos alrededor de esas proyecciones. Por ello se afirma que el Banco Central conduce su política monetaria de manera prospectiva.
En la práctica, en mi criterio, el BCCR no ha seguido un enfoque prospectivo, como menciona y debería ser; todo lo contrario, ha sido claramente retrospectivo. De ahí las desviaciones en la fijación de la TPM, por defecto en el período anterior y por exceso últimamente. En los análisis realizados le da preponderancia a la inflación interanual (pasado lejano), sin tomar en consideración la evolución más reciente. Tampoco considera apropiadamente los factores que podrían influir en las presiones inflacionarias futuras, como los salarios reales, el tipo de cambio, los precios del petróleo, o incluso, las fijaciones por parte de ARESEP.
No toma en cuenta la flexibilidad existente de los intermediarios para ajustar la tasa de interés en muchas de las operaciones crediticias vigentes y otorga mucho peso a las expectativas de inflación obtenidas por encuesta, pero no a las de mercado, existiendo un claro sesgo de los agentes a sobreestimar la inflación pasada (expectativas adaptativas). Por esas razones el BCCR no se percató a tiempo de la baja en las presiones inflacionarias que se venían presentando desde el tercer cuatrimestre del año pasado. En efecto, en los últimos 8 meses la inflación decreció 2,68% (-1.43% en el IV cuatrimestre, 2022 y -1,26% en el I cuatrimestre, 2023), dentro de los cuales fue negativa en cinco meses. Para evitar distorsiones y costos adicionales del exceso restrictivo aplicado, el BCCR debería bajar a la brevedad la TPM, en al menos 100 pbs, incluso antes de la reunión programada para el 14 de junio próximo.
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Las opiniones expresadas en esta publicación son del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de la Academia de Centroamérica, su Junta Directiva, ni sus asociados.
Publicación original en crhoy.com (15/05/2023)Complete the following form and join Central America Academy for information and regular updates.
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