G ran parte del territorio de Israel es árido o semiárido y sus suelos son naturalmente pobres. Las lluvias escasean y el país está relativamente lejos de los principales mercados internacionales. Pese a tales desafíos, la agricultura es exitosa, asegura la alimentación y el sector agroexportador es boyante, al mismo tiempo, es líder global en tecnologías agrícolas y manejo de recursos hídricos.
Israel ocupa los primeros lugares en productividad de leche de vaca, cítricos, tomate, nectarinas, melocotones, fresas, jojoba y aguacate, entre otros. El agua para uso doméstico, agrícola e industrial proviene en su mayoría del mar, desalinizada en plantas con una pérdida promedio de menos del 3 %. El 86 % del agua servida se recicla y se utiliza nuevamente en la agricultura. La eficiencia del sistema hídrico permite que Israel riegue 200.000 hectáreas, un 50 % de su área agrícola disponible.
Sus innovaciones agrícolas son ampliamente conocidas. El riego por goteo inventado en Israel logró aumentar sustancialmente la eficiencia y protección del recurso hídrico. El país es líder en el desarrollo de la agricultura de precisión, que utiliza tecnologías avanzadas, como sensores, drones y GPS, para optimizar la producción de cultivos y reducir los desechos.
Las empresas e instituciones de investigación israelíes contribuyen significativamente al campo de la biotecnología agrícola y producen nuevas variedades de cultivos, más resistentes a plagas y enfermedades, a sequías y otros fenómenos ambientales.
Ha logrado avances en el campo de la acuicultura, mediante técnicas innovadoras para el cultivo de peces y otras especies acuáticas. Israel alberga una serie de empresas que fabrican robots agrícolas avanzados y otros sistemas automatizados que realizan tareas como plantar, podar y cosechar cultivos. Las tecnologías israelíes de alimentación animal, ambientes protegidos y tratamiento poscosecha están a la vanguardia mundial.
¿Cuáles son las razones del éxito? Hay consenso en cuando menos cinco factores:
La agricultura costarricense es exitosa, de gran productividad y líder mundial. Banano, piña, café, azúcar y lácteos son actividades donde se destaca globalmente y cuentan con instituciones eficientes.
Buena parte del éxito de estos productos radica en la solución de problemas y cuellos de botella basados en un abordaje público-privado. El país atrae inversión desde el siglo XIX y cuenta con organizaciones particulares dedicadas a la investigación y el desarrollo.
Desde el inicio, la mayoría de estos productos y otros más desarrollados durante la gran transformación de finales de la década de los ochenta se pensaron para el mercado exterior. Igual que Israel, Costa Rica tenía un mercado doméstico relativamente pequeño, necesitaba divisas y crear empleos. El 40 % de las exportaciones de bienes se originan en la agricultura, incluido el sector alimentario: $5.000 millones en el 2020.
Sin embargo, los productos que principalmente se orientan al mercado doméstico y compiten con las importaciones afrontan graves problemas de productividad y escala. Las instituciones públicas a cargo de esta actividad no proveen respuestas a las necesidades, la investigación es escasa y poco eficaz y la organización de los productores es débil y poco influyente en la política pública, y el desempleo y la falta de oportunidades en las zonas rurales es notorio. Las necesidades de transformación son evidentes.
¿Cómo aprovechamos las enseñanzas israelíes para transformar los sectores de baja escala, productividad y organización? ¿Cómo lograremos que las empresas de tecnología agrícola israelí inviertan en Costa Rica? ¿Cómo convertiremos a Costa Rica en un clúster de tecnología agrícola en las Américas?
Las respuestas a estas preguntas dependen de reconocer que Costa Rica e Israel son países amigos con complementariedades y sinergias. Costa Rica es abundante en tierras, agua y mano de obra, y ofrece a la inversión israelí una red profunda de acceso preferencial a los principales mercados de las Américas, Europa y Asia.
Algunos de los potenciales campos son la producción de frutas (melón, aguacate, banano, piña) y vegetales (tomate), la maricultura (pargo rojo, corvina), café, aceites, el procesamiento de alimentos y la fabricación de equipos e insumos para la agricultura.
Por otra parte, la agricultura israelí brinda soluciones completas a la agricultura, desde la investigación y el desarrollo hasta la producción y el procesamiento. Las complementariedades con la inversión actual en dispositivos médicos, servicios empresariales y tecnologías de información y comunicación son obvias.
El acercamiento es imperativo y debe culminar con un acuerdo de libre comercio y de promoción de inversiones que seguramente beneficiará a los agricultores, inversionistas y consumidores de ambas naciones.
Envíe sus dudas o comentarios a victor.umana@incae.edu.
Las opiniones expresadas en esta publicación son del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de la Academia de Centroamérica, su Junta Directiva, ni sus asociados.
Publicación original en La Nación (10/01/2023)Complete the following form and join Central America Academy for information and regular updates.
Error: Formulario de contacto no encontrado.
Complete el siguiente formulario de suscripción y únase a la
Academia de Centroamérica para ofrecerles un mejor servicio.
Error: Formulario de contacto no encontrado.