E l artículo y la entrevista de Rocío Aguilar (LN mayo 10 y 11) abordan el importante tema de las pensiones. Los puntos más sobresalientes son los siguientes:
1. Indica la “necesidad de diseñar un plan de largo plazo”, por ella denominado como el Plan Nacional de Pensiones. Este plan sustituiría el actual sistema de pensiones.
2. Como punto fundamental, el nuevo plan contempla establecer la pensión básica universal (PBU), la cual “permite asegurar a todos los costarricenses un ingreso mínimo vital a fin de erradicar la pobreza en la vejez”.
3. El propósito de la PBU consiste en evitar la pobreza en la población adulta mayor. Este debe ser un compromiso de la sociedad costarricense con todos sus ciudadanos adultos. Quienes deseen mantener en la vejez el nivel de vida que tenían antes de los 65 años deben complementar la PBU con sus ahorros acumulados voluntariamente durante su vida activa.
4. El costo de la PBU se financiará “estrictamente” con recursos fiscales, es decir, con cargo al presupuesto nacional.
5. Las medidas en discusión en la actualidad para “ajustar” y “reformar” el régimen del IVM buscan “ganar tiempo” mientras se diseña y se pone en ejecución el nuevo Plan Nacional de Pensiones.
¿Cuál sería la situación al concluir el proceso de sustituir el sistema actual de pensiones por el nuevo?
El planteamiento de Rocío Aguilar representa un cambio de singular importancia. Es disruptivo para utilizar la terminología en boga. En esencia, se trata, ni más ni menos, de sustituir el actual sistema de pensiones por uno nuevo. Evitar la pobreza en la vejez de la población adulta mayor significa un paso, un gran paso, en la consolidación del pacto social costarricense.
Ahora bien, el proceso de pasar de un sistema de pensiones a otro no será sencillo. Por el contrario, el camino será empinado y tortuoso, dificultado también por la oposición de los grupos de presión que, como de costumbre, no ven más allá de sus propias narices.
Los obstáculos y dificultades son numerosas. Entre ellos valga mencionar los siguientes:
Y, segundo, el crecimiento real del PIB deberá permitir el aumento de la recaudación fiscal de manera tal que el financiamiento de la PBU se lleve a cabo sin ajustes abruptos de las tasas de los principales impuestos.
Cuando se trata de alcanzar objetivos a plazos tan largos, como es el caso para llegar a establecer la PBU, el proceso sufrirá, inevitablemente, modificaciones en el transcurso del tiempo. De hecho, el cambio de circunstancias – políticas, sociales y económicas – obligará a adoptar algunos cambios. En el camino habrá necesidad de ciertos cambios, pero lo importante es mantener, contra viento y marea, el rumbo. Estamos todos llamados a recoger el guante que Rocío Aguilar ha puesto en el camino. A saber, evitar la pobreza en la vejez y, así, fortalecer nuestro pacto social y así fortalecer el pacto social entre los costarricenses.
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Articulo original de crhoy.com