U n estudio de Citi y la Universidad de Oxford con datos del Banco Mundial señala que en EEUU un 47 % de los empleos podrían ser reemplazados por la automatización; en la OECD un 57% y en China un 77%. Difícilmente nosotros tendremos un riesgo menor al del promedio de los países de la OECD.
Además los robots han transformado el mercado laboral en los países más desarrollados aumentando la demanda por trabajadores más capacitados, mientras la demanda por trabajadores manuales ha disminuido. En los EEUU un 58% de los trabajadores tiene algún nivel de estudios terciarios, pero se predice que para el año 2020 un 65% de los nuevos puestos demandará al menos algún nivel de estudios universitarios.
El cambio se da tan rápido que nos obliga a vivir diferentes vidas laborales. Los mileniales se verán forzados -para tener una vida plena- a experimentar muy diferentes ocupaciones. Ahora prepararse para el trabajo será una actividad continua
Desde hace muchos años los países más avanzados económicamente han estado implementando programas de reentrenamiento para las personas que pierden sus ocupaciones. Los resultados han sido muy limitados y contradictorios. Por una parte muchos de los reentrenamientos no han sido adecuadamente dirigidos a preparar a los alumnos en áreas con suficiente demanda por falta de coordinación con lo que las nuevas ocupaciones demandan. Por otra parte, los trabajadores desempleados carecen en muchos casos de los conocimientos básicos y las habilidades personales para aprender las nuevas actividades, y ha faltado el uso de cursos de equiparación para facilitarles su capacitación. En otros casos ha faltado facilitar recursos financieros para que los trabajadores puedan dedicar a la capacitación el tiempo requerido.
Uno de nuestros mayores problemas es el desempleo que desde el IV trimestre de 2010 ha estado entre 9 y 10 %, con la excepción de un solo trimestre de los 25 transcurridos. La tasa de informalidad llega al 45% de los trabajadores. Además, ha caído la tasa de participación y más de dos tercios de los desocupados tienen estudios inferiores a secundaria completa. Por otra parte, las familias pobres tienen la mitad de personas ocupadas por hogar que las no pobres y sufren una tasa de desempleo cinco veces mayor.
Estas circunstancias motivan el estancamiento de la pobreza y el incremento en la desigualdad que venimos sufriendo y que en mucho es resultado de una economía partida en dos. Por una parte un sector moderno y dinámico en mucho exportador de bienes y servicios; que demanda trabajadores con educación al menos de secundaria completa, con ventajas para las personas con dominio de otro idioma, y habilidades literarias, numéricas y tecnológicas. Otro sector tradicional con poco dinamismo, que no genera empleo suficiente para la población que carece de las habilidades demandadas por el sector generador de empleo.
Es por ello tarea fundamental asegurarnos que el sistema educativo genere en los estudiantes las habilidades que les van a permitir triunfar en un mundo que cambia con tanta velocidad, en el cual la automatización abarca cada día nuevos procesos y en el cual debemos enfrentar los niveles tan elevados de desempleo e informalidad que sufre Costa Rica. Para ello se requiere una calidad educativa desde la primaria, que las pruebas internacionales nos indican no tenemos.
La tarea es gigantesca y significa una verdadera revolución de las políticas sociales, de educación y capacitación del siglo XXI.
Pero contamos con una institucionalidad que bien coordinada y dirigida desde el Poder Ejecutivo, y con políticas decisivas adoptadas con amplia participación, bien puede llevar adelante esta necesaria tarea.
Contamos desde el sector público con la experiencia exitosa en educación a distancia de la UNED que acaba de celebrar su cuadragésimo aniversario; con el desarrollo de la educación universitaria tecnológica del TEC con sus 45 años de labores: con la cincuentenaria historia de capacitaciones del INA; y claro con los valiosos aportes de la UCR y la UNA y con el valiosísimo trabajo de los colegios técnicos.
En el sector privado tenemos el aporte de las universidades y recogemos los frutos de la Escuela Técnica Nacional de los Ingenieros Rafael Kieth Alvarado, Antonio Fernández Ramírez y Mariano Ramírez Arias fundada en 1950, que capacitaba para diversas actividades laborales a alumnos con solo primaria, e incluso a bachilleres; y con la meritoria labor que lleva a cabo en nuestros días el Instituto Politécnico Internacional.
Pero la tarea es difícil porque a pesar de su urgente necesidad, estas tareas enfrentan incomprensibles intereses gremiales que en estos años se han opuesto incluso a la enseñanza dua
l.Elaborar propuestas en este campo debe ser tarea prioritaria de la Planificación Nacional y de los partidos políticos que aspiran a gobernar el país.
Articulo original de CRhoyComplete the following form and join Central America Academy for information and regular updates.
Error: Formulario de contacto no encontrado.
Complete el siguiente formulario de suscripción y únase a la
Academia de Centroamérica para ofrecerles un mejor servicio.
Error: Formulario de contacto no encontrado.