E l gobierno populista que actualmente dirige el destino de Italia ha tomado la decisión de irrespetar sus compromisos con la Unión Europea al presentar un presupuesto que triplica su déficit fiscal, para llevarlo al 2.4% del PIB. Estas cifras, para nosotros que llevamos casi una década con déficits mayores al 5%, puede parecernos “pecata minuta”. Claro, la imagen no está completa hasta que se toma en cuenta que la deuda del Estado italiano es 130% de su PIB.
La coyuntura que enfrenta ese país europeo debe ayudar a poner en perspectiva la crisis fiscal que estamos viviendo en Costa Rica. En otras palabras, si bien el deterioro fiscal se ha acelerado en los últimos tres años, estamos lejos de tener que enfrentar una situación de incumplimiento de pago por parte del Gobierno (“default”), como muchos temen.
Aún en condiciones externas como las actuales, donde las tasas en los mercados de las principales economías van al alza y algunas economías emergentes como la de Turquía y Argentina enfrentan fuertes crisis, la posibilidad de fondear las necesidades inmediatas son factibles si se el Gobierno tomara una actitud más agresiva.
Hasta el día de hoy, ha optado por poner todas las fichas en la casilla del plan fiscal y esto no solo es innecesario sino arriesgado. Este riesgo es el que se está materializando en la volatilidad que ha experimentado el mercado cambiario recientemente.
Esta estrategia “agresiva” debería incorporar acciones en tres áreas: tasas de interés, gasto público y reactivación económica. En detalle: es impostergable que Hacienda acepte su nuevo nivel de riesgo y haga ya el impostergable ajuste en la curva de rendimientos para volver a tener acceso a los inversionistas institucionales. La reciente subasta del BCIE, que fue sobre suscrita tres veces, demuestra que la liquidez existe.
De igual manera, el proyecto de presupuesto para el 2019 en discusión en la Asamblea Legislativa plasma algunas medidas de reducción de gasto, el mismo fue elaborado en condiciones muy diferentes a las actuales. Una revisión más agresiva de las estimaciones por gastos a la baja en materia de gastos de personal y transferencias sería muy oportuna.
Por último, en lo que respecta a medidas de reactivación económica, el costo de formalización de la mano de obra es clave. En esta discusión es clave involucrar a la Caja Costarricense del Seguro Social, que desde el ámbito de su autonomía, puede hacer planteamientos innovadores para atender esta necesidad.
Todo en su justa medida. Ahora, lo fundamental es actuar.
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Articulo original de CRhoy