M ijaíl Serguéyevich Gorbachov fue el último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el primero de la Federación Rusa. Fue Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1985 hasta 1991
Como gobernante fue uno de los grandes reformadores y revolucionarios del siglo XX y el Padre de la Glasnost y la Perestroika. Desde la revolución de Vladimir Ilich Lenin y los bolcheviques en octubre de 1917 ningún mandatario ruso había producido transformaciones tan radicales en Rusia, en Europa, en Asia y en el sistema internacional como las produjo Mijaíl Gorbachov.
Fue un abogado y político ruso que nació el 2 de marzo de 1931 en Priválnoye, Stavropol, Rusia, Unión Soviética, en tiempos del stalinismo. Procedente de una familia campesina de la región del Norte del Cáucaso.
Tanto el como su familia experimentaron los rigores de la vida durante la etapa del mandatario José Stalin y la Segunda Guerra Mundial.
Estudió Derecho en la Universidad de Moscú desde 1950 hasta 1955 y se formó también en la escuela de cuadros del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
Con su Glasnost promovió una mayor libertad política y de expresión y una severa crítica del stalinismo inspirándose en el legado del exmandatario Nikita Jrushov.
Se perfiló como el líder relativamente joven que se presentaba como alternativa a la anquilosada gerontocracia de Leonid Brézhnev. Al poco tiempo de iniciar su mandato tuvo que enfrentar el 26 de abril de 1986 la terrible crisis nuclear de Chernóbil.
Como se diría en el lenguaje de hoy fue un político anti-sistema que luchó contra el totalitarismo soviético de partido único y de economía de planificación centralizada promoviendo en su lugar el pluralismo, la democracia, el multipartidismo e incluso una economía social de mercado.
Permitió y facilitó la liberación de las ex repúblicas soviéticas, favoreció la democratización en la Europa Centro Oriental, especialmente en Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria.
Aceptó y promovió la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania bajo una orientación democrática y de mayor libertad económica.
Aunque siempre aclaró que nunca tuvo como objetivo o deseo la disolución de la URSS si desencadenó fuerzas que condujeron a la clausura y muerte de la Unión Soviética y del Pacto de Varsovia, el gran rival de la OTAN.
Retiró las tropas soviéticas de Afganistán, en una especie de Viet nam soviético. Es decir que descontinuó y cesó la política de guerra en dicho país asiático.
En las relaciones con su superpotencia adversaria, es decir los Estados Unidos de América, promovió la distensión en vez de la Guerra Fría, así como el desarme, el control de armamentos y en fin la coexistencia pacífica.
Mantuvo una relación cordial y amistosa con el Papa Juan Pablo II a quién visitó en Roma. Un Papa que fue su gran aliado en la lucha por los procesos de democratización y liberalización.
Por medio de sus políticas públicas de Perestroika promovió la reestructuración, descentralización, apertura, modernización y liberalización de la economía soviética. Favoreció incluso la orientación hacia el mercado que se haría más profunda durante los gobiernos de Boris Yeltsin.
Con la disolución de la URSS y el Pacto de Varsovia y la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la liberación de 15 ex repúblicas soviéticas, la caída del Muro de Berlín, la reunificación de Alemania, la democratización de Europa Centro Oriental rediseñó el sistema político euroasiático e internacional y sentó las bases de un nuevo sistema internacional, una nueva época y un nuevo sentido de la historia.
No llegó el fin de la historia como lo proclamó el analista internacional Francis Fukuyama, pero sí el inicio de una nueva etapa o época de la historia, un profundo cambio en el sentido de la historia.
Del sistema internacional bipolar flexible en el que se enfrentaban las dos superpotencias, los Estados Unidos y la URSS, según los parámetros de la Guerra Fría e incluso con riesgos de guerra nuclear, se fue transitando hacia un sistema de distensión y coexistencia pacífica primero y luego con la disolución de la URSS y el Pacto de Varsovia se pasó a un nuevo sistema internacional de globalización unipolar durante por lo menos unos diez años.
Desde un mundo en el que los analistas más brillantes pronosticaban que el futuro estaba en el socialismo real y que la URSS iba a convertirse en la primera superpotencia mundial se transitó hacia un mundo en el que Fukuyama y otros proclamaron el fin de la historia y la victoria final de la globalización, de la democracia liberal y la economía de mercado.
Ambos pronósticos resultaron equivocados como se demostró con la clausura y disolución de la URSS y años más tarde con los atentados del 11 de setiembre del 2001 en el que se anunciaban nuevos desafíos y adversarios para Occidente. Y posteriormente, con el ascenso de China como segunda potencia económica global a principios del siglo XXI se comenzó a instaurar una nueva bipolaridad en el sistema internacional.
Hoy día la guerra en Ucrania nos muestra de nuevo un mundo bipolar muy polarizado entre el bloque de las potencias occidentales y el cuasi bloque de la Federación Rusa y la República Popular China.
Si juzgamos a los estadistas por sus resultados y no solamente por sus intenciones el legado de Gorbachov fue totalmente favorable a las libertades, la democratización, el progreso y a la independencia de 15 ex repúblicas soviéticas.
En vez de guiarse por la doctrina de la soberanía limitada de su antecesor Leonid Brézhnev y repetir la experiencia trágica de las invasiones de las tropas y tanques soviéticos tal y como sucedió en Hungría en 1954 y en Checoeslovaquia en 1968 para cercenar el modelo de socialismo con rostro humano de Alexander Dubcek, Gorbachov renunció a la utilización del ejército soviético y al uso de la fuerza en varias ocasiones, lo cual permitió el avance de los procesos de independencia y democratización en numerosos países vecinos de la periferia soviética.
Su legado fue también totalmente favorable a la distensión, al desarme, al control de armas, a la no violencia y a la paz. Con toda justicia en octubre de 1990 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz. Y también el Premio Indira Gandhi de la Paz.
Desde luego los cambios históricos no son promovidos exclusivamente por una personalidad por más destacada que fuera.
Las transformaciones apuntadas fueron el resultado también de las contribuciones de otras personalidades tales como el Papa polaco San Juan Pablo II, el presidente estadounidense Ronald Reagan, Lech Walesa, Vaclav Havel y el canciller demócrata cristiano alemán Helmut Kohl, entre otros, así como de las manifestaciones de los pueblos de la Unión Soviética, de la Europa Centro Oriental, de Alemania y de las ex repúblicas soviéticas.
Ya una vez retirado de sus puestos al mando de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov fundó el Partido Socialdemócrata de Rusia del que fue su líder hasta 2004 y luego en 2007 también creó la Unión de Socialdemócratas. Así también con los fondos del Premio Nobel fundó y condujo la Fundación Gorbachov con sede en San Francisco, California.
Con lo cual se confirmó que el Gorbachov formado en las escuelas de cuadros del PCUS y en la Universidad de Moscú había evolucionado hasta convertirse primero en el reformista de la Glasnost y la Perestroika y luego en el Premio Nobel de la Paz 1990 y finalmente en el fundador de partidos socialdemócratas en Rusia.
Mijaíl Gorbachov falleció a los 91 años el 30 de agosto de 2022 en el Hospital Clínico de Moscú. Su despedida tuvo ciertos protocolos respetables sin llegar a ser oficialmente un funeral de estado ni contar con la asistencia de Vladimir Putin, presidente de la Federación de Rusia. Fue notable también la ausencia de jefes de estado extranjeros, con la excepción de Víctor Orbán de Hungría.
Putin había definido la caída de la URSS como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX pero aun así visitó el hospital y depositó rosas rojas al atáud abierto de Gorbachov al tiempo que se persignaba conforme a la tradición de la Iglesia Ortodoxa Rusa a la que pertenece.
En su telegrama de condolencias a la familia de Gorbachov utilizó un tono más conciliador con su antecesor Gorbachov a quién definió como: “Un político y estadista que tuvo un gran impacto en el curso de la historia mundial”.
Gorbachov fue enterrado en el cementerio Novodévichi, junto con su adorada esposa Raisa.
Para una ampliación sobre ésta reseña biográfica y los grandes cambios de ese momento histórico recomiendo la consulta y la lectura de mi libro “Política internacional: análisis para cambiar de época” publicado por la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional en 1998 con prólogo de Carlos Alberto Montaner.
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