L os líderes populistas, que en estos tiempos abundan, prometen a la gente que vivirán mucho mejor bajo sus gobiernos. Pero ¿qué tan buenos resultados económicos logran en la realidad los líderes populistas?
Tres académicos alemanes (Funke, Schularick y Trebesch) publicaron en el 2020 el estudio Líderes populistas y la economía, que busca contestar la pregunta.
Los autores utilizan la definición de populista más reconocida en la literatura académica actual: un estilo político centrado en resaltar el supuesto conflicto entre el pueblo y el establishment. Son los líderes que se arrogan la representación legítima y exclusiva del pueblo, y que adoptan un discurso en contra de las élites, a las que tachan de deshonestas, corruptas y culpables de todos los males del “pueblo”, incluida la gran disparidad de ingresos entre los “pocos” y el resto.
Bajo esa definición, los autores clasifican a los líderes desde el año 1900 hasta la actualidad. Entre los populistas, destacan personajes como Hitler, Mussolini, Perón, Cárdenas y Gandhi. Y otros más recientes, como Menem, Fujimori, Berlusconi, los Kirchner-Fernández, el dúo Chávez-Maduro, Evo Morales, Duterte, Trump, Erdogan, entre otros.
Los autores del estudio encuentran que los populistas, sean de derecha o de izquierda, tienden a aprobar políticas comerciales proteccionistas (mi país primero), políticas fiscales insostenibles (incurriendo en grandes deudas públicas) y acciones que erosionan la institucionalidad democrática del país (minando la independencia judicial, reduciendo la calidad de las elecciones y limitando la libertad de prensa y de los medios de comunicación).
A través de los cambios en las reglas institucionales, especialmente reduciendo el poder de los controles y contrapesos democráticos, los líderes populistas tienden a quedarse más tiempo en el poder que otros políticos.
Esto, a pesar de la clara conclusión del estudio de que los resultados económicos de los líderes populistas son malos. El crecimiento de la producción y el consumo son menores en este tipo de regímenes que en otros y la desigualdad de ingresos (entre las élites y el pueblo) tampoco se reduce. O sea, bajo esos gobiernos, los pobres terminan siendo más pobres y los ricos menos ricos.
La evidencia es clara, no hay que dejarse cautivar por los cantos de sirena de los populistas.
Envíe sus dudas o comentarios a lmesalles@ecoanalisis.org.
Las opiniones expresadas en esta publicación son del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de la Academia de Centroamérica, su Junta Directiva, ni sus asociados.
Publicación original en La Nación (22/09/2023)