P aíses en vías de desarrollo, suficientemente exitosos para crecer y llegar a ser considerados como de ingreso medio, tienden eventualmente a estancarse, y les cuesta mucho dar el salto para ingresar al grupo de los desarrollados.
El periódico El País pidió a diez distinguidos economistas que presentaran sus propuestas para que la economía volviera a crecer, y con ello salir de la llamada trampa de los ingresos medios.
Son muchas las propuestas, pero paso a resumir las que más me llamaron la atención, ya sea por su potencial impacto o por ser factor común de varios economistas.
Primero, debe haber un enfoque del país en retomar la senda de crecimiento económico. Para ello, son necesarias políticas enfocadas en el crecimiento y en mejorar el ambiente para la inversión.
Con el fin de lograr una mejor asignación de recursos dentro de la economía, y con ello un aumento de la productividad, se debe promover un ambiente de mayor competencia en los mercados. Los empresarios deberían estar más preocupados en ver cómo innovan y crecen, en lugar de estar luchando por defender su poder de mercado. A fin de cuentas, las empresas más eficientes son las que deben prevalecer, sin importar su tamaño o localización.
Para aumentar la productividad, es fundamental mejorar la calidad de la educación. Particularmente, el énfasis debe estar en la educación temprana, sin descuidar las otras.
Con el fin de incrementar la disponibilidad del factor trabajo, es importante ejecutar políticas que faciliten más incorporación de mujeres a la fuerza laboral.
La eficiencia en el uso de los recursos del Estado debe ser una prioridad. Para ello, se deben promover reformas institucionales que modernicen al Estado para hacerlo más productivo, menos burocrático, fiscalmente balanceado y sin exceso de regulaciones que entraben el quehacer de las personas y las empresas.
Finalmente, para poner en funcionamiento las medidas que saquen al país de la trampa del ingreso medio, deben alcanzarse acuerdos políticos en los que se busque el máximo beneficio para todo el país, y no para los intereses de solo algunos. Reducir la incertidumbre política y tener reglas claras es fundamental.
Por cierto, la nota de El País se refiere a Chile y los economistas consultados son chilenos. Pero me parece que calza como anillo al dedo en el caso de Costa Rica.
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Publicación original en La Nación (16/06/2023)