D isponer de mayores recursos siempre será más cómodo y fácil para realizar diferentes actividades, especialmente en el sector público donde no rigen las reglas básicas del mercado; no existe una cultura de rendición de cuentas, ni la evaluación del presupuesto con base en el cumplimiento de resultados. Con financiamiento adicional es típico que los gobiernos eviten aplicar políticas de austeridad y los sindicatos no estén dispuestos a aceptar sacrificios para los funcionarios. La experiencia nacional e internacional demuestra que, excepto cuando los créditos externos son atados a proyectos de inversión bien gestionados, es usual que los resultados sean contrarios a los esperados, particularmente en el mediano plazo.
Como consecuencia de lo antes señalado, las autorizaciones de financiamiento externo para los gobiernos deben ser cuidadosamente analizadas y, eventualmente, condicionadas. En la teoría económica se ha documentado las secuelas de la denominada enfermedad holandesa, asociada a la abundancia de recursos externos generalmente provenientes del descubrimiento de algún yacimiento natural valioso, aumento de precios de las exportaciones, o al incremento de la inversión extranjera. Pero los costos son aún mayores cuando esa afluencia de capital es auspiciada por el endeudamiento del sector público para financiar gastos corrientes. Es el peor de todos los mundos!
En Costa Rica el exceso de endeudamiento externo fue el principal detonante de la gran crisis que experimentamos a principios de los ochenta y que tomó varias décadas en superar. También, ha sido preponderante en la difícil situación fiscal que enfrentamos en la actualidad, ya que permitió atender el acelerado gasto corriente, más que duplicar la deuda/PIB y apreciar el tipo de cambio. Como consecuencia, se presentó un despilfarro de recursos, ineficiencias en los diferentes programas, elevadas remuneraciones, deterioro de la distribución del ingreso, escasa inversión, contracción de los sectores de alto valor agregado, incremento del desempleo y reducción del crecimiento potencial. No hubo ningún beneficio para el país!
La solicitud del Gobierno para autorizar los eurobonos por US$6.000 millones durante los próximos años, si bien podría generar beneficios en el corto plazo, al permitir alargar los vencimientos y pagar menores intereses, así como liberar recursos para el sector privado y dinamizar levemente la actividad económica; involucra factores adicionales que vale la pena considerar para un análisis más integral.
El monto total solicitado parece exagerado: representa alrededor del 10% del PIB; cerca de 2.5% del PIB anuales en los primeros 2 años y 1.7% en los siguientes 3 años; ello sin tomar en cuenta el voluminoso financiamiento multilateral que se está gestionando (US$850 millones).
La mayoría del endeudamiento se utilizará en este gobierno: Al menos dos terceras partes se colocarán en este período presidencial, cuando lo típico ha sido que se apruebe en partes iguales para la administración de turno y la siguiente. Como su aprobación requiere mayoría calificada, es importante para la negociación política.
Conlleva costos implícitos adicionales: De aprobarse los US$1.500 millones de eurobonos para este año, el Programa Macroeconómico (PM) estima un aumento de US$1.000 millones en las reservas monetarias internacionales (RMI) en el 2019, lo cual se traducirá en un incremento en las pérdidas del BCCR en el 2020. En buena teoría, la acumulación de RMI significa que esos recursos no son tan necesarios para el desempeño de la economía para este 2019, pero que si implicará asumir costos adicionales. Según estimaciones del PM, la liquidez total en los bancos estaría creciendo por encima de la demanda crediticia por parte del sector privado!
Los costos podrían acrecentarse: Como las condiciones financieras internas han mejorado más de lo esperado y los préstamos multilaterales serán mucho mayores a los presupuestados en el PM, el incremento en las RMI podría ser superiores y, consecuentemente, elevar las pérdidas para el BCCR. Es necesario disponer de una nueva estimación del PM por parte de esta institución, para determinar la verdadera relevancia de estos recursos y los eventuales costos de desmonetización.
Incrementa los riesgos cambiarios: Sin contemplar los préstamos multilaterales, con el total de eurobonos el incremento bruto en la deuda en moneda extranjera del Gobierno será de alrededor del 10% del PIB, cuando ya en este momento representa más del 40% del total y cerca del 25% del PIB. La dolarización financiera ha sido una preocupación constante del BCCR por el riesgo cambiario implícito en los no generadores de divisas, como es el caso del Gobierno, y por su impacto negativo en la efectividad de la política monetaria.
Innecesarios para este año: durante estos primeros meses, inesperadamente el Gobierno logró captar el elevado financiamiento requerido para todo el primer semestre. Además, el Banco Central acumuló casi US$800 millones en RMI y $1.700 millones desde fines de noviembre. De aprobarse los eurobonos y los préstamos multilaterales, las RMI/PIB podrían alcanzar niveles injustificadamente elevados, pero con alto costo. No hay riesgos de gran devaluación ni de incrementos adicionales en las tasas de interés, de no aprobarse los eurobonos este año. Las tasas de interés externas se han reducido y los flujos de capital están regresando a los países en desarrollo. De hecho, el BCCR redujo recientemente la tasa de política monetaria y el tipo de cambio se ha mantenido estable con tendencia a una leve apreciación, sin disponer de eurobonos ni préstamos multilaterales!
Las anteriores consideraciones hacen innecesario autorizar a la brevedad los eurobonos para este 2019 y más bien apostar primero por los préstamos multilaterales que han estado negociando las autoridades con varias instituciones. Aparte de contar con mejores condiciones financieras, en plazos y tasas de interés que los eurobonos, usualmente los desembolsos están atados a proyectos específicos, con su correspondiente hoja de ruta y cumplimiento de diferentes etapas. En relación con el proyecto de eurobonos, es conveniente revisar los montos solicitados para cada uno de los próximos años. En principio, se sugiere una autorización por US$4.000 millones, distribuidos en US$2.000 millones para esta administración y los restantes US$2.000 millones para la siguiente, condicionados al cumplimiento de la regla fiscal, la continuación de las reformas y el mejoramiento en la gestión de la deuda pública.
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de la Academia de Centroamérica.
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