D esde hace 14 años Costa Rica no había sentido un aumento de precios tan alto como hoy, cuando en el 2008 la inflación llegó al 13,42%. Pero ¿cómo afecta la inflación la búsqueda de independencia económica de las generaciones más jóvenes?
La inflación es efecto del aumento generalizado de los precios de los bienes y servicios y; al mismo tiempo, causa un grave deterioro del poder adquisitivo de las personas. El aumento de precios es generado por el desequilibrio entre la producción o la oferta, acompañado de un cambio en la demanda que causa una fuerte devaluación de la moneda en curso, en nuestro caso, el colón. El aumento generalizado de precios y el debilitamiento del poder adquisitivo, obliga a las personas a priorizar el consumo de bienes y servicios para que sus ingresos alcancen para cubrir las necesidades básicas. Como no todas las personas tienen los mismos ingresos ni consumen los mismos productos o las mismas cantidades, el porcentaje que cada persona destina al consumo de un bien o servicio determinado es diferente, por lo que el impacto de la inflación es muy distinto para unos y para otros. La inflación es un impuesto que afecta a todos, pero sobre todo a los más pobres; a las personas de menores ingresos.
Con una inflación alta y teniendo salarios o ingresos similares a los de períodos anteriores, establecidos en épocas de inflaciones bajas, las personas enfrentan una grave situación económica, pues su poder adquisitivo ha disminuido drásticamente. Sencillamente, con lo que ganan hoy, alcanza para menos alimentos, menos bienes y menos servicios. Este escenario podría complicarse socialmente si la decisión de los consumidores no solo es comprar menos, sino, bajar la calidad de los productos que demandan, lo que en el caso de los alimentos deterioraría la nutrición y la salud de las personas.
Pero, ¿quiénes son las personas que dedican una mayor parte de sus ingresos al gasto en alimentos?
Las personas con menos ingresos, específicamente el 10% más pobre en Costa Rica, dedica más del 50% de sus ingresos a comprar alimentos, mientras que los estratos sociales de mayor ingreso, el 10% más rico, dedica el 29% de sus ingresos a alimentos. Por lo tanto, el aumento porcentual en términos de precios afecta más a las personas más pobres, pues dedican más dinero para suplir sus gastos.
Al cierre de agosto 2022 la inflación superó el 11% (índice de precios al consumidor). ¿Cómo afecta la inflación a los Centennials?
El problema que tienen los jóvenes frente al resto de la población, por un lado, es que tienen trabajos más precarios, ingresos más bajos y en ese sentido, el impacto de la inflación es mucho más alto; por otro lado, la mayoría de los jóvenes entre 18 y 25 años tienen menos ahorros, menos patrimonio disponible, o no tienen patrimonio del todo; su única inversión, quizás, es el celular.
Ante un contexto de crisis económica y aumento de los precios a nivel mundial, los hogares que tienen mayores patrimonios o ahorros pueden hacer uso de ellos ante una emergencia como la actual, los hogares más jóvenes no. Los jóvenes terminan recurriendo a préstamos para pagar gastos como comida, transporte, ocio y otros y eso complica el futuro.
Hoy día, por las políticas monetarias que la mayoría de los bancos centrales están implementando en América Latina, el crédito es mucho más caro y hay que pagar mayores intereses. Si no corregimos las políticas monetarias, la población Centennial tiene un panorama muy difícil y podría ser parte de la desigualdad social que tanto queremos evitar.
Por ejemplo; hoy es más difícil adquirir una vivienda en comparación con las condiciones que tuvieron sus padres, es prácticamente imposible siquiera para muchos jóvenes, algo que no está en su horizonte cercano. ¿Cuántos jóvenes reciben salarios mayores a $2 000 para optar por créditos bancarios? Muy pocos; los precios tan altos de las viviendas y los requisitos para adquirir los créditos, sin mencionar los altos intereses, que simplemente, alejan la posibilidad de formar un patrimonio propio.
Si ya de por sí era difícil en los años prepandemia y durante la misma, pensar en comprar una vivienda o adquirir un crédito hipotecario, para los jóvenes en el 2022 es aún más difícil. Quisiera ser más optimista; pero, el mayor problema de esto es que no se ven condiciones para que esto vaya a mejorar, al menos de forma inmediata. Las inflaciones a nivel mundial puede que duren todavía un tiempo, ya que al final de cuentas, la inestabilidad que hay en las economías a nivel global y los bajos ingresos, como lo expuse anteriormente, hace que las personas jóvenes y las más pobres, sean las más vulnerables. La generación Centennial está viviendo su primera inflación de dos dígitos y para los Millennials es la más grande que les ha tocado en los últimos 20 años.
Lo que tenemos entre manos es un grave problema social, porque, por un lado, los hogares jóvenes y más pobres que tienen hijos reducen el consumo de alimentos, o podrían dejar de estudiar, empeorando a futuro la desigualdad. Por otro lado, la deserción escolar o en centros de estudios superiores podría aumentar porque todos los miembros de la familia en edad para trabajar lo harían para mejorar el poder adquisitivo para resolver las necesidades básicas, no tendría nada raro que esta tendencia aumente también la economía informal.
Aunque algunos no quieran aceptarlo, vivimos de nuevo una crisis similar a la de los últimos años de la década de los 70’s y 90’s, cuando sufrimos altas inflaciones, fuertes devaluaciones monetarias y una reducción del PIB.
Las personas jóvenes, no solo enfrentan una crisis presente causada por un aumento descomunal de los precios en los bienes y servicios, pérdida de poder adquisitivo, priorización en el consumo, etc. Sino que, a futuro, ven con escepticismo la posibilidad de contar con una pensión digna y suficiente para tener un retiro que garantice el mínimo bienestar.
Pensando en el presente y en el futuro, el Banco Central de Costa Rica y las autoridades económicas y políticas del gobierno, tienen en sus manos una tarea de grandes proporciones: controlar y bajar la inflación, proteger el poder adquisitivo de los ingresos de los estratos sociales medios y bajos; así como crear condiciones más favorables para mantener y mejorar la atracción de inversiones; la generación de empleos y bajar el costo de la vida, a pesar de lo que sucede en el resto del mundo.
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Publicación original en CRHoy.com (08/09/2022)