P ara este año 2020, según las estimaciones del Ministerio de Hacienda (MDHA), la relación Deuda/PIB alcanzará el 67%. La carga de intereses representará aproximadamente el 5% del PIB en una coyuntura muy compleja, ya que el panorama fiscal del Gobierno Central no es alentador, como ya seguramente todos los lectores tienen conocimiento.
Si bien es cierto, gracias a la reciente modificación a la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica en su Artículo 52, ahora la Autoridad Monetaria cuenta con la autorización expresa para participar en el mercado secundario comprando bonos del MDHA, la suma de doscientos cincuenta mil millones de colones aprobada (US$438,5), parece insuficiente para impactar significativamente la estructura intertemporal de tasas de interés. Consecuentemente, los costos de financiar la “deuda de todos” seguirán siendo excesivamente altos. Lo irónico, es que estamos en un mundo de tasas de interés excesivamente bajas, incluso negativas en varios países del Orbe.
No hace falta ser un gran economista para concluir, que con las tasas de variación de la producción que reportará nuestra economía para este año (-3.6%) y en los próximos periodos, el servicio de la deuda creciendo a este ritmo galopante y con las altas tasas de interés de nuestro mercado, se hará insostenible.
Esto nos lleva a una encrucijada: No hacemos nada y esperamos que simplemente suceda lo inevitable (el default), o bien, buscamos soluciones de ingeniería financiera que permitan mejorar el perfil de la deuda pública. Si lo segundo es la respuesta, acá una propuesta, considerando lo siguiente:
1. Con datos preliminares del BCCR a febrero de 2020, la deuda interna bonificada del Gobierno Central asciende a ₡16,9 billones (en español), con la siguiente distribución por tipo de tenedor. Como se observa en el gráfico #1, el 26.24% (alrededor de ₡4,4 billones) la tiene el Sector Público.
Fuente: Elaboración propia con datos del BCCR
2. Es inevitable un ajuste a la baja en los precios de los bonos soberanos, ya que en la dinámica de nuestro mercado de valores, esto decantará en una mayor presión que ejercerá el MDHA aunado a una disminución en la califcación crediticia al pasar de B+ a B, contra la labor de contención al incremento en los rendimientos que pueda realizar el BCCR, dada su limitada participación en comparación con las ingentes necesidades de la Autoridad Fiscal.
3. Ya es práctica frecuente que el MDHA realice canjes de deuda con el fin de mejorar el perfil de sus vencimientos. Este mecanismo implica que se compran y venden bonos a precios de mercado, adelantando el roll-over de los vencimientos de la deuda pública.
La propuesta en concreto consiste en realizar un canje masivo de deuda con estas instituciones públicas tenedoras de bonos, de tal forma que el MDHA compre los bonos a precios ajustados y a cambio les ofrezca bonos en condiciones que favorezcan a las partes, sin que esto implique una erogación de dinero para alguna de estas.
Lo que se obtiene en el inmediato, es que el acervo de deuda del MDHA y los intereses disminuyen sin que se requiera algo más que la voluntad de las partes para lograrlo y el liderazgo del MDHA para ejecutarlo.
Comuníquese con los autores a través de: puntogalpizar@gmail.com con Gabriel Esteban Alpízar Chaves y rolandoliang@gmail.com con Rolando Liang YinLas opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de la Academia de Centroamérica.