Se plantean varios temas en torno a la política monetaria y cambiaria seguida por el Banco Central de Costa Rica en los últimos 24-30 meses y se analizan asuntos puntuales como la estabilidad del tipo de cambio y su nivel de equilibrio, el manejo de la tasa de política monetaria y otros instrumentos para influir en el comportamiento de la inflación, el efecto de la devaluación en las exportaciones, la dolarización de la economía y la estabilidad del sistema financiero.
En el contexto de este análisis, el autor plantea una importante reflexión: ¿Debería el Banco Central haber aprovechado el margen de maniobra que ofreció la economía internacional en ese período como una oportunidad para adoptar una política mucho más proactiva? Esta y otras interrogantes conducen a afirmar que los temas todavía pueden estar sobre la mesa y que existen diversas respuestas, no solo una. Nos recuerda el documento que la tarea del Banco Central requiere tanto de la ciencia como del arte y que el balance entre ambos, si bien indispensable, es muy escurridizo.