Por muchos años Costa Rica ha desarrollado los proyectos de infraestructura empleando sistemas tradicionales, donde el Estado es el proveedor de los bienes y servicios con recursos públicos. El balance de resultados a la fecha no es uniforme. Coexisten segmentos de la infraestructura nacional bien posicionados a nivel internacional con otros que presentan grandes rezagos. Dentro de los segundos está la infraestructura vial, particularmente carreteras, un segmento que adolece de serios problemas de calidad e ineficiente gestión de los proyectos. La urgencia de mejorar el desempeño de este importante sector y la poca disponibilidad de recursos públicos para financiarlo obligan a buscar otras opciones. Una alternativa son las asociaciones público-privadas (APP), un esquema con participación privada que puede proveer recursos adicionales y ventajas respecto al tradicional en beneficio del desarrollo de la infraestructura vial.